Ayudar a Morir

Supongo que de alguna forma siempre lo supe, pero lo había olvidado. Es más, tengo memorias de muy niña pensando esta misma frase en varias oportunidades, como intuyendo el propósito pero dejándolo pasar de inmediato sin herramientas aún para habilitar la misión que Dios susurraba en mi corazón.

Hoy sé cómo hacerlo. Y no sólo sé cómo hacerlo, sino que más importante aún: Sí quiero hacerlo, porque he abierto mi corazón a otros niveles de consciencia, y todo el entrenamiento espiritual intensivo al que he dedicado mi energía me ha permitido trascender el miedo a la Muerte.

La memoria abierta de mis otras vidas ha logrado mostrarme el hilo conductor de los procesos del viaje de mi alma, como nueva y refrescante Luz para este planeta.

Entiendo que no será un camino fácil, pero nada en mi vida ha sido fácil. Puedo hacerlo.

Entiendo que hoy mismo no puedo ver cómo lo iré concretando, pero sé que una vez intencionado el viaje, seré guiada a cumplir el sueño y mi agudo intelecto tomará el mando: Puedo hacerlo.

Entiendo que no trabajaré solamente con seres humanos desahuciados, sino que tendré que trabajar con la familia entera. Pero ya he trabajado varias veces restaurando familias, y ha sido maravilloso: Sí puedo hacerlo.

Entiendo que muchas veces haré todo mi trabajo encausado en la despedida y no siempre será efectivo, sino que ocurrirán milagros: La persona sanará y la Muerte no protagonizará todas las veladas. Pero ya he estado realizado sanaciones: Claro que puedo hacerlo.

Entiendo que el proceso de morir genera los máximos dolores. Pero ya he sobrevivido a muchos y mi corazón está más firme que nunca: Absolutamente, sí puedo hacerlo.

Entiendo que jamás he trabajado sola, sino que Dios asiste todo mi trabajo y que el amado Maestro Jesús está presente en todas mis canalizaciones: Por supuesto que podemos hacerlo.

Hoy digo sí a la Vida.

Digo sí a la Muerte.

Digo sí al trabajo que Dios me ordena realizar.

Digo sí a este otro propósito más de mi apasionada niña interna.

Digo sí a la Luz, su tránsito, y a toda su inmensidad.

MCLB

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