Nací en Santiago de Chile, en 1976. Soy hija única de un primer matrimonio. Mis padres se divorciaron cuando yo era muy pequeñita y luego rehicieron sus vidas, lo que me trajo un total de 6 hermanastros más 4 hermanos políticos. Yo también me casé y me divorcié, para después convertirme en madre de una única hija.
Me formé intelectualmente como arquitecta, comunicadora audiovisual, y licenciada en arte. Egresé de las últimas dos, de las cuales se desprende mi trabajo realizado en la materia.
Me formé espiritualmente en un camino solitario, estudiando la mayor cantidad posible de disciplinas ocultas, y entrenándome en expandir las habilidades psíquicas de mi nacimiento.
María Carolina Leigh Bremer
Nací con una fuerte comunicación con Dios, con la memoria y ciertas habilidades psíquicas muy abiertas, pero debido a las brutales experiencias que me tocó vivir en mis primeros septenios, toda esa conexión se deformó bastante y fui desconectándome cada vez más de la fuente original divina y de la esencia de lo que yo traía para compartirle a este mundo, hasta alcanzar niveles máximos de dolor existencial.
El punto de inflexión en mi vida coincidió con mi egreso de cuarto medio, cuando logré reaccionar ante la oscuridad y empezar a trabajar muy arduamente en ordenar toda la información psíquica que hasta entonces había estado dispersa. Ahí comenzó mi verdadero viaje evolutivo consciente que me llevó a comprometerme a lograr la completa restauración de mi alma, mi cuerpo físico y poner en orden mi psique humana. Desde entonces no he parado de estudiar, practicar, entrenarme y expandir todo lo relacionado a mi esencia interior, que es el desarrollo espiritual del ser humano.
Comencé con el Tarot en 1994. Mi búsqueda insaciable por reconectarme conscientemente a Dios me llevó a transitar por diversas materias de estudios que fui profundizando en diversos momentos. Pasé por diversas religiones y me estudié todas las filosofías posibles. Luego me estudié las runas, los ángeles, el I Ching, la astrología, la metafísica, la kabbalah, la simbología, el alfabeto hebreo, la numerología, la medicina natural, el cuerpo humano, los cuerpos sutiles, la energía, la cosmología, los exorcismos y la demonología, la gemoterapia, entre otros, pero sigue siendo el Tarot mi herramienta de trabajo favorita porque el lenguaje gráfico y simbólico de mis naipes coincide a pleno con el lenguaje interior a través del cual Dios se ha comunicado siempre conmigo dándome a entender este mundo.
Todo ello se agrega a los conocimientos formales de las carreras profesionales aceptadas por la sociedad, gracias a las cuales aprendí todo lo referente a espacio, arte, cultura, comunicación verbal y no verbal, psicología, sociología, semiótica, cinematografía, iluminación, química, física y física cuántica, entre otros estudios, conjugando todos estos conocimientos en mis terapias en la medida que voy proponiendo ciertos ejercicios o herramientas de trabajo personal según lo que necesite realizar o reforzar cada paciente.
Estos últimos años en que me encuentro transitando un duelo muy importante mientras habilito mi horfandad psicológica, he agregado a mis estudios una maestría internacional en Psicología Clínica y tres cursos en Perfilación Criminal donde he profundizado en Psicología Criminal y Psiquiatría Criminal, lo que me tiene muy contenta pues he podido amplificar el entendimiento de mis pacientes ante diversas experiencias negativas que cuesta mucho asimilar, además de ayudar a detectarlas y prevenirlas a tiempo.
Llevo 29 años totalmente comprometida en guiar al ser humano a superar la depresión y las memorias negativas, ordenar y restaurar su psique, ayudar en la expansión de su alma humana, reactivar la conexión con su divinidad, y educar para el dominio sano, natural y perfecto de poder vivir en la tierra con nuestras habilidades psíquicas activadas, puestas allí para asistir un proceso de evolución colectivo que todos estamos transitando para alcanzar la felicidad que tanto buscamos.
